UNA LEYENDA SIN TÉRMINO MEDIO
No existe en Europa una
historia más peculiar de un equipo de fútbol que la del Nottingham Forest. Cuenta
con 147 años de existencia y actualmente milita en la Football League
Championship (equivalente a la segunda división en España) tras el ascenso
conseguido en la temporada 2007/08. Su historia es
una continua montaña rusa, capaz de lo mejor y de lo peor que le ha hecho estar
desde el pozo de la tercera división inglesa hasta alcanzar la gloria más
absoluta entre finales de los ’70 y principios de los ’80.
Se trata del único equipo que tiene en su palmarés más
Copas de Europa (2) que Ligas de su país (1), y del único equipo, junto al Real
Madrid -en la primera edición del torneo- que conseguía ganar la Copa de Europa
el año de su debut. Además tiene el dudoso honor de ser el único equipo campeón
de Europa que desciende a la Tercera división de su país.
En 1892 se crea la First
Division (nombre de la Liga inglesa hasta la creación de la Premier League
en 1992), y el Nottingham Forest es aceptado para disputarla después de haberse
proclamado campeón de la Football
Alliance, liga de 12 equipos que desaparece con el nacimiento de la First Division.
En 1898 inauguró su estadio, el “City Ground”, lugar
dónde todavía juega sus encuentros, y cuyo nombre conmemoraba el reciente
reconocimiento de ciudad que acababa de recibir Nottingham. Ese mismo año logró
su primer título oficial alzándose con la FA Cup tras derrotar al que sería a
lo largo de su historia su más directo rival, el Derby Country, por 3-1. Nadie
pensaba que ese iba a ser su único título hasta comienzos de la segunda mitad
del S.XX. A partir de aquí comenzaba una sequía de títulos que iba a durar más
de 60 años. En este tiempo continuos ascensos y descensos que le llegarían a
hundir hasta la Tercera División.
Pero el primer punto de inflexión en el club para volver
a lo más alto llega con el ascenso a la First
Division 31 años después, en la temporada 1956/57 de la mano de Jimmy
Barrett, delantero inglés que había sido comprado al West Ham tres años antes.
El equipo era entrenado por el genial Billy Walker, que dos años después guiaría
al equipo hacia la consecución de la FA Cup, disputada en un estadio de Wembley
copado por 100.000 hinchas y venciendo en la final al Luton Town. El Forest
ganaba 2-0 al cuarto de hora de partido, pero las lesiones de Dwight y Whare en
una época en la que todavía no existían las sustituciones, le hicieron acabar
el partido encerrado dentro de su área para terminar ganando por 2-1 de forma
épica.
Rozaron el título liguero en 1967, pero el Manchester
United de Matt Busby les arrebató el título por cuatro puntos. El Forest
parecía que se asentaba como equipo puntero en Inglaterra, pero una temporada
nefasta en 1972 les devolvía al pozo de la Segunda División.
En 1975 se iba a producir un hecho que iba a marcar la
historia no sólo del equipo, sino del fútbol inglés y europeo en la década
siguiente: El Nottingham Forest fichaba a Brian Clough como entrenador.
Clough
había entrenado durante seis años (1967-1973) al Derby Country, al que cogió en
Segunda división, lo devolvió a Primera y en 1972 lo hizo campeón de Liga,
además de dejarlo a un paso de disputar la final de la Copa de Europa al año
siguiente tras caer con la Juventus en una polémica semifinal. Unas polémicas
declaraciones acusando a la Juventus de comprar el partido y sus desavenencias
con el presidente del Derby Country le llevaron a dimitir. El siguiente gran
equipo que dirigiría sería el Leeds United, entonces vigente campeón inglés en
el que, debido a los malos resultados y a su mala relación con la grada, solo
duró 44 días.
Brian
Clough fichaba en enero de 1975, a mitad de temporada de nuevo por un equipo de
Segunda división. Se hacía cargo del Nottingham Forest. Esa campaña el equipo
mantuvo la categoría, pero a la siguiente Clough ya con su inseparable ayudante
Peter Tylor decidieron crear un equipo que devolviera al Forest a lo más alto.
Además de conservar la base del equipo con jugadores como John Robertson,
McGovern o Martin O’Neill se hicieron con jugadores que hasta entonces no
tenían nombre, como el portero Peter Shilton o el centrocampista escocés Archie
Gemmill pero que se adueñarían de Europa pocos años después.
En
la temporada 1975/76 iba a comenzar una carrera meteórica sin precedentes en el
fútbol europeo. El Nottingham Forest asciende a la máxima categoría tras
disputar la promoción al acabar tercero la temporada. Ese verano Clough
completa el equipo con los fichajes Colin Barrett, Kenny Burns y Larry Loyd, y
el equipo arranca como un tiro en la competición doméstica. Por entonces se
pensaba entre los aficionados ingleses que el equipo se acabaría deshinchando,
pero el compromiso de todo el equipo con la idea de su entrenador, de hacer un
fútbol físico, solidario y con una implicación defensiva extraordinaria le
llevo a aguantar el pulso al Liverpool (entonces vigente campeón de Europa,
título que revalidaría esa mismo año) hasta el final de campeonato. El Forest
se coronaba campeón de Liga por primera vez en su historia con siete puntos de
ventaja sobre el Liverpool y encajando solo 24 goles en contra en 42 partidos.
Consagrado
como grande de Inglaterra, en la siguiente temporada al Forest se le abría un
nuevo escenario: la Copa de Europa. Caprichos del sorteo le deparó una primera
ronda a eliminatoria directa a doble partido con el Liverpool, vigente campeón
y gran rival del Forest de la época. Era muy extraño por entonces ver un
enfrentamiento entre clubes del mismo país en la Copa de Europa porque solo acudían los
campeones de Liga, pero el Liverpool participaba como defensor del título. En
una eliminatoria histórica el Forest apea al ganador de las dos últimas
ediciones tras ganar 2-0 en el City Ground y empatar a cero en la vuelta en
Anfield. El Nottingham Forest se estaba convirtiendo en la auténtica bestia
negra de un Liverpool hasta entonces prácticamente imbatible. En menos de un
año le había sacado siete puntos en Liga, le había derrotado en la final de la
League Cup (posteriormente denominada Carling Cup, y desde este año Capital One
Cup) por 1-0 en Old Trafford con gol de Robertson de penalti, y ahora le dejaba
fuera de la Copa de Europa a las primeras de cambio.
Ese
mismo verano el Forest había decidido invertir todas sus ganancias obtenidas
con el título liguero en el fichaje del mediapunta inglés Trevor Francis,
futbolista del Birmingham City que venía de jugar cedido el año anterior en el
Detroit Express estadounidense. Sin embargo una norma UEFA impedía alinearlo
durante tres meses en competición europea por el hecho de haber desembolsado
tanto dinero en un solo jugador. El Forest había abonado al Birmingham City un
millón de libras, pero Francis solo iba a poder debutar en la Copa de Europa en
una hipotética final.
A lo largo de la competición el Forest fue dejando por el camino a AEK Atenas, Grasshopper y Colonia para plantarse en la final que iba a disputar en el estadio Olímpico de Munich ante el Malmö FF sueco. Trevor Francis que fue de la partida, anotó de cabeza el único gol del partido al filo del descanso. El sueño era una realidad. El capitán John McGovern alzaba la Copa de Europa al cielo de Munich y cerraba el milagro de un equipo que en dos años pasaba de jugar en la segunda división de su país a coronarse campeón de Europa. El entrenador Brian Clough admitiría después que “no hicimos nuestro mejor partido, pues el Malmö es un equipo aburrido. Es más, Suecia es un país aburrido. Pero ¡qué importa esto si hemos ganado!”.
Ese
año fue el Liverpool el que se alzó con la Liga por delante del Forest que fue
segundo. Sin embargo el Forest (al igual que el Liverpool el año anterior) iba
a disputar la Copa de Europa como defensor del título. El Forest había
redondeado una temporada espectacular ganándole al FC Barcelona la Supercopa europea
ese mismo verano, y partía como favorito para revalidar su título de campeón de
Europa. Tras superar en una dura eliminatoria de semifinales al Ajax alcanzaba
de nuevo la final que esta vez se iba a disputar en el Santiago Bernabéu ante
el Hamburgo de Kevin Keegan y Felix Magath, que llegaba tras remontarle un 2-0
al Real Madrid en semifinales apabullando al conjunto blanco por 5-1 en el
partido de vuelta disputado en Alemania. En la final un único gol en el minuto
21, esta vez de John Robertson, le daba de nuevo el título al Nottingham
Forest.
Clough
aunque solía bromear con el aspecto físico de Robertson, decía de él que era
“el Picasso del fútbol”. La marcha de este jugador al Derby Country a donde
había salido el año anterior el hasta entonces fiel ayudante de Clough, Peter
Tylor, termina por romper la relación entre estos y pone fin a la espectacular
etapa del equipo de Nottingham. A partir de aquí el Forest en una discreta
década de los 80 solo consigue un par de Carling Cup y disputa unas semifinales
de Copa de la UEFA en la temporada 1984/85. La repentina muerte de Tylor en
1990 multiplica los problemas de alcoholismo de Clough, que dedica su
autobiografía de 1994 a Tylor con estas palabras: “Para Peter. Todavía te
añoro. Una vez dijiste: ‘Cuando recibas un disparo de mí no habrá más risas en
tu vida’. Tenías razón”.
En
la temporada 1992/93 se consuma el descenso del Forest a la Segunda división y
Clough abandona el equipo tras 18 años en el cargo. El equipo volvería a esta
categoría en 2008 después de haber llegado a tocar fondo tras descender a
Tercera división.
La mayoría de jugadores
de este Nottingham Forest de leyenda no llegarían a triunfar en ningún otro
equipo, lo que muestra que la grandeza de este conjunto no solo la formaban la
calidad de los futbolistas sino la capacidad de comprometer a un grupo y el
carisma de un líder como Brian Clough, que hacía buena aquella frase de
Plutarco que afirmaba que un ejército de ciervos dirigido por un león es mucho
más temible que un ejército de leones comandado por un ciervo.
Alberto Egea Estopiñán, Revista-Kaiser nº26 24/10/2012
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