viernes, 29 de junio de 2012

ABORRECIDOS DE GANAR nº21 Revista Kaiser 02/07/2012

ABORRECIDOS DE GANAR

     A la fecha de publicación de este artículo ya se conocerá si España ha conseguido revalidar o no su título de campeón de Europa, dato que desconozco en el momento de escribir este artículo pero irrelevante respecto al contenido de éste. Sea como sea España ha vuelto a demostrar ser un equipo extremadamente fiable en eliminatorias a un partido en competiciones oficiales. La Selección opta por dar espectáculo en las fases de clasificación de Eurocopas y Mundiales para competir extraordinariamente (si por competir entendemos el arte de conseguir un resultado y conservarlo variando la forma de jugar en función de éste) en las fases finales de estos torneos, consciente de que el margen de error es mucho mayor en las primeras que en las segundas, donde el mínimo fallo te puede mandar para casa.
            Vicente Del Bosque sabe que la Selección, como el Barça de Guardiola va a disponer en cada partido del monopolio de la posesión de balón sin importar el rival. A partir de ahí, sobre esa base Del Bosque y Guardiola arman dos equipos distintos. Ambos crean un gran rondo por delante de la línea defensiva, pero mientras el Barça sostiene este rondo solamente con Busquets y un sistema de ayudas mucho más trabajado que el de la Selección, España echa el cerrojo a dicho rondo con dos jugadores (el propio Busquets y Xabi Alonso). Así, a la retención del balón en los rondos eternos se le suma la dificultad que tienen los rivales en sobrepasar el muro que forman Busquets y Alonso cuando roban la bola del rondo. Consecuencia de esto es no sólo los pocos goles encajados por España sino las pocas ocasiones claras de gol que le generan los rivales, llegando a finalizar partidos como el de cuartos de final frente a Francia en los que apenas se percibe la sensación de haber pasado apuros a pesar de aguantar con una ventaja mínima durante casi todo el encuentro. El dato esclarecedor es que España lleva nueve partidos consecutivos sin encajar un gol en eliminatoria directa en una fase final de Eurocopa o Mundial, desde los octavos de final del Mundial de Alemania en 2006 contra Francia.
            En esta Eurocopa la baja de Puyol ha devenido en una Selección aun más conservadora, pues obliga a ubicar a Ramos como central y colocar a Arbeloa como lateral, muy limitado en ataque, perdiendo así el puñal que suponían las internadas por la banda derecha de Sergio Ramos en el Mundial. Con este panorama se queda Jordi Alba, gran revelación de esta Eurocopa, como única alternativa a la sorpresa en un ataque que cuando renuncia a las bandas queda a expensas de una genialidad de Iniesta o Silva hilando fino por el centro de la defensa rival, o de un día inspirado de Torres.
            Al jugar con un doble pivote tan marcado, a diferencia del esquema del Barça, Del Bosque sacrifica en ataque un jugador con movilidad que sorprenda desde la segunda línea (como puede ser Mata o Cazorla) para blindar el rondo, puesto que ni Busquets ni Xabi (el primer gol ante Francia fue una excepción) suelen abandonar su posición inicial para incorporarse al ataque.
            Evidentemente la búsqueda del gol es más difícil con este sistema, he ahí las dificultades que ha tenido España en estos últimos tiempos para remontar en las contadas ocasiones en las que ha comenzado perdiendo en partido oficial. Ni en el debut en el Mundial frente a Suiza, ni en semifinales de la Copa Confederaciones frente a EEUU ni hace un par de semanas contra Italia fue capaz de levantar el resultado, ante equipos que supieron cerrarse para defender su ventaja. Sin embargo Del Bosque asume este riesgo, sabedor de lo tremendamente difícil que es hacerle un gol a España, y del gran resultado que le da plantear partidos a resultado corto, situación que domina como nadie (los cuatro partidos a eliminatoria directa en el Mundial de Sudáfrica los ganó 1-0 y los cuartos ante Francia 2-0).
            El juego de la Selección de Luis Aragonés, como el primer Barça de Guardiola sorprendía por desconocido. Hoy ese fútbol, ese estilo y su manera de contrarrestarlo es el más estudiado del mundo por el resto de entrenadores. Ante el conocimiento de este sistema por los rivales Del Bosque optó por hacer de este conjunto un equipo mucho más pragmático y cerebral mientras que Guardiola no dejó de innovar a la hora de buscar el gol intercambiando la posición de falso delantero entre Messi y Cesc (incluso sin delantero como en la final ante el Santos), jugando con defensa de tres, colocando a Dani Alves de extremo, etc. El Barça de Pep nunca dejó de buscar el gol fuese cual fuese el resultado del partido en ese momento. Por eso no imagino a España dejando escapar ventajas como la que tuvo el Barça frente al Chelsea este año con 2-0 a favor y jugando contra diez, o dejándose remontar en San Siro frente al Inter de Mourinho en las semis de Champions en 2010. Sin embargo tampoco imagino a la Selección goleando 5-0 al Madrid de Mourinho o pasando por encima del Santos en la final del Mundialito (4-0). Y no por falta de nivel sino porque manejan filosofías distintas. El juego del Barça es más romántico e ingenuo (gana por aplastamiento) mientras que la Selección utilizando la misma base de dominio total de la posesión de balón y juego asociativo no deja resquicio al sobresalto, finiquitando los partidos una vez consiguen adelantarse en el marcador escondiendo la pelota haciéndola inaccesible para el rival.
            Quizá España no ha sabido (o tal vez no era posible) cómo solventar la baja de Villa, delantero que mejor se adapta a esta manera de jugar. En el fútbol actual en que la labor del nueve puro, la de estar en boca de gol y ser responsable de definir las jugadas, está siendo asumida cada vez más por el nuevo diez, que no sólo tiene importancia capital en la elaboración de la jugada sino que se mueve en unas cifras goleadoras similares o incluso superiores a las del delantero centro estático (Cristiano, Messi, Van Persie,…), sea necesario de cara al próximo Mundial de Brasil de dentro de dos años comenzar a confiar en el delantero del Atlético de Madrid Adrián, que cumple todos los requisitos para rendir en esta posición. Esta es la demarcación que España debe trabajar en el futuro para ganar fluidez a la hora de buscar el gol. Seguro que Del Bosque le otorga la confianza al asturiano, que irá incrementando sus cifras goleadoras progresivamente como hizo Messi en el Barcelona (salvando las distancias evidentemente) y que por edad llegará al Mundial 2014 con 26 años en su plenitud futbolística.


            Claro está que todos tenemos debilidad por un jugador u otro, y que tantos seleccionadores hay como habitantes tiene el país. Pero a Del Bosque se le pueden reprochar pocas cosas. Como seleccionador, sin ser tan espectacular como el 4-4-2 de Luis Aragonés, ha convertido a España en un bloque eficiente inmune a las bajas (en lo que a resultados se refiere), de una fiabilidad insuperable en competición y con un estilo propio genuino, modelo a seguir cada vez por más selecciones.
            No es un genio como Guardiola (considero genio al que crea algo nuevo, al que inventa), que perfecciona el rondo, que apuesta por Busquets en el equipo cuando nadie le conocía o que reinventa a Mascherano de central y coloca a Cesc de falso delantero cuando todos lo veíamos como relevo natural de Xavi. Pero como hombre inteligente que es Del Bosque aplica el sentido común para sacar partido de la obra de Guardiola y aplicar lo que le conviene al combinado nacional. Ha tomado decisiones importantes y no le ha temblado el pulso. Siguió confiando en Sergio Busquets a pesar del linchamiento de la prensa nacional tras el Suiza-España del Mundial de Sudáfrica, dejó a Torres en el banquillo en la final del Mundial y no ha dudado en dejarlo fuera de la convocatoria cuando su baja forma era evidente.
            Su imagen sosegada y su reputación inmaculada hacen de él un representante institucional modélico para España de cara al exterior con un mensaje sereno pero con un trasfondo con más contenido que el que aparenta. Ante las desproporcionadas críticas a lo largo de toda la Eurocopa por una parte de la afición y sobretodo por la prensa más oportunista y ventajista, Del Bosque en un toque de atención a la sociedad española espetó aquello de que “hemos pasado de pobres a ricos demasiado rápido”. Paradójicamente nos ha sucedido con la selección todo lo contrario a lo que nos ocurre en el día a día de la sociedad española en general. Así que igual que ahora añoramos los tiempos de bonanza pasados en la realidad que de verdad importa, deberíamos cuidar un poco la perspectiva real y recordar que éramos eternos perdedores hasta hace cuatro días, antes de que esta amalgama de ayatolás y visionarios en forma de periodistas ventajistas que esperan a que sucedan los acontecimientos para entonar el “ya lo decía yo” y el “se veía venir” hagan morir de éxito a una generación inigualable.



Alberto Egea Estopiñán, Revista-Kaiser nº21 02/07/2012
@esttoper

No hay comentarios:

Publicar un comentario