¿QUÉ LIGA QUEREMOS?
En Alemania los precios de las
entradas son accesibles para los aficionados (22,75€ de media por entrada) que
pagan menos de la mitad que los seguidores españoles (53€), circunstancia que
equipos como Schalke 04, Bayern Leverkusen y Bayer Munich nos hayan sacado los
colores cuando han venido a jugar a España denunciando el precio abusivo de las
entradas.
Estas circunstancias unidas a una
mayor cercanía entre clubes alemanes y peñas a la hora de organizar
desplazamientos y facilitar entradas para ver jugar a sus equipos fuera de casa
hacen que el aficionado se sienta respetado por su club, puesto que se le dan
facilidades para que acuda al campo, en lugar de sangrar al aficionado con
precios desorbitados y colocándole partidos a las diez de la noche o incluso en
lunes con la excusa de que las TV porque ponen la pasta tienen derecho a
imponer los horarios sin límite alguno. ¿Acaso el socio o el aficionado que
acude al campo no paga?¿no nos damos cuenta de que a un club lo hacen grandes
sus socios, de que contra más socios más grande es el equipo y mayores son los
patrocinios?¿no se dan cuenta que poner cada partido en un horario distinto se
carga los programas de radio que viven del carrusel de partidos simultáneos que
es lo que verdaderamente tiene emoción?¿radiar un Granada-Getafe a las 12 de la
mañana (con todo mi respeto hacia las dos aficiones) no es infumable para la
mayoría de aficionados?¿quién se cree que el mercado asiático demanda estos
partidos? Los chinos quieren ver al Barça y al Madrid. Y punto. Y aunque no
fuera así, ¿le merece la pena a los clubes tener descontentos a los socios,
tener un estadio desértico un lunes por la noche para que los asiáticos
(permítanme que lo dude) lo vean? ¿Por qué permite la LFP y la FEF que los
horarios los impongan las TV unilateralmente en lugar de alcanzar consenso con
los clubes?
Que la LFP consienta que las TV
impongan los horarios de los partidos a su libre albedrío se entiende todavía
menos cuando se compara el reparto de los derechos económicos en la Liga
española con el resto de Ligas europeas. En Inglaterra la diferencia entre el
Manchester United, equipo que más dinero recibe (68 millones de euros) y el Blackpool,
equipo que menos (44) existe una diferencia de 22 millones de euros, y en
Alemania la diferencia es de 15 millones entre Bayer Munich (28 millones) y
Hoffenheim (13). La comparación con la Liga española es una vez más odiosa. En
España a pesar de repartirse 400 millones de euros menos que en la Premier
League las diferencias entre Madrid y Barça y el resto son escandalosas. Ambos
ingresan 140 millones de euros, más del triple que Atlético de Madrid y
Valencia que son los siguientes (42) y doce veces más que el grupo de equipos
que menos dinero perciben, más del doble que el primer inglés y cinco veces más
que el primer alemán. Por eso digo que no se comprende como el resto de equipos
de primera división que no son Barça y Madrid aceptan contratos en los que
salen perjudicados, con repartos tan desiguales, y sometiéndose a cambio a que
las TV les impongan los horarios que convengan a éstas. Este reparto es una de
las consecuencias de la inexistente competitividad por el título de Liga que
hay en España, coto vedado de Real Madrid y Barcelona. Hasta hace pocos años la
dualidad Madrid-Barça siempre había estado avivada por un tercero, o incluso un
cuarto que no sólo le disputaban el título sino que de vez en cuando le
birlaban alguno. Pero desde hace tres años y coincidiendo con el regreso a la
presidencia del Real Madrid de Florentino Pérez la distancia entre Barça y
Madrid y el resto se ha visto ampliada hasta un punto en que ya ningún equipo a
comienzo de temporada puede ni siquiera pensar en pelearles el título. Y tiene
pinta de que la distancia va a ir en aumento con el tiempo.
En Europa los clubes alemanes y
franceses entre otros están obligados a estar saneados económicamente, lo que
les hace competir en desventaja con clubes ingleses, italianos y españoles, a
los que su propio estado les permite mantener deudas astronómicas. Si a esto se
le suma que Barça y Madrid cobran 140 millones de euros de ingresos televisivos
por los 65 millones que rondan los equipos punteros ingleses, los 50 de los
mejores franceses o los menos de 30 de los alemanes, salta a la vista que los
clubes saneados y que cumplen las reglas compiten en desigualdad de
condiciones. Sin embargo, en Europa, a diferencia de España, la UEFA ha tomado
cartas en el asunto y todo hace indicar que en la temporada 2013/14 entrará en
vigor el denominado fair play
financiero en virtud del cual los clubes estarán obligados a equilibrar sus
libros de cuentas, no gastar más de lo que ingresan y actuar con
responsabilidad para garantizar la viabilidad del fútbol europeo de clubes a
largo plazo, y cuyo incumplimiento acarreará sanciones como la exclusión de
competiciones europeas e incluso nacionales. Así, unos equipos por obligación
como los franceses y alemanes, y otros por honradez y sentido común como el
Arsenal que presenta un modelo de gestión ejemplar en el que no gasta más de lo
que ingresa, jugarán con ventaja dado que no se verán obligados a tener que
vender jugadores ni patrimonio propio porque sus balances ya estarán
equilibrados. Pero mientras llega ésta época de higiene futbolística gente que
hace las cosas bien, como el presidente del Bayern Munich, Uli Hoeness, como
buen germano nos recuerda (nos vuelve a pintar la cara y con razón) a los
españoles, al hilo de la deuda que los equipos españoles tienen con la hacienda
pública: “Para mí es el colmo, es impensable. Pagamos cientos de millones de
euros a España para que salgan de la mierda y luego los clubes se eximen de
pagar la deuda. Esto no puede ser así”. Por eso me alegra ver en la final de la
Champions a equipos como el Bayer Munich que son un ejemplo de gestión
impecable.
En Europa parece que se han puesto
manos a la obra, así que ahora nos toca a nosotros, porque si esto no cambia
caminamos hacia un futuro en el que los estadios españoles estarán cada vez más
desérticos, Barça y Madrid seguirán alternándose en el poder como sucede en
Escocia con Celtic y Glasgow Rangers o como en la Liga Asobal de Balonmano
entre FC Barcelona y Atlético Madrid, en una competición soporífera en la que
el único aliciente serán los dos duelos directos entre los dos gigantes y saber
cuántos récords absurdos de goles y puntos van a batir los dos grandes que no
harán sino reflejar la creciente diferencia con el resto de equipos. Y no nos
quedará más que añorar a equipos que como el “Superdepor”, el Valencia de las
dos Ligas de Benítez, el Sevilla de Juande o el Atleti del doblete se erigieron
no hace tanto abanderados del fútbol español tanto aquí como en Europa
relegando a un segundo plano a Madrid y Barça.
El prestigio de la Liga española está en juego; igual
tendríamos que empezar a tener cuidado con esto, no vaya a ser que sin darnos
cuenta nos estemos cargando la gallina de los huevos de oro.
Alberto Egea Estopiñán, Revista-Kaiser nº15 21/05/2012
@esttoper
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